En oportunidades anteriores ya había experimentado este sentimiento. Aquél que me indica que lo vivido, sin duda que reconforta el alma y permite sentirse aún más orgulloso de ser celeste.
Pero además, se combinaba con una sensación de que lo vivido debiera ser compartido por todo aquél que se identifica con O'Higgins.
La verdad que este Aniversario tenía rasgos muy particulares, tras las dos celebraciones anteriores en donde habíamos desarrollado un trabajo de mucho esfuerzo junto al equipo de ejecutivos y funcionarios del club, más el aporte generoso de hinchas y amigos.
Y así fue. Recibí con alegría la invitación de la Comisión del Hincha para dar curso a una de las iniciativas que precisamente partieron en 2009: la Tertulia Celeste.
No fue fácil determinar quienes serían los invitados especiales para esta cita. Y la verdad que fueron no pocos los nombres que barajamos, pero que concluyeron en un cuarteto de excepción, capaz de permitirnos recordar aquellos pasajes relevantes de nuestra vida de fanáticos o de periodista.
Era necesario una visión histórica, que nos llevara a las primeras décadas del club, y qué mejor para ello que el nombre del profesor Jorge Aretio. Un docente, identificado con la formación de jugadores y un seguidor permanente de la campaña del equipo profesional.
El mérito de Aretio no sólo fue el de asumir la dirección técnica del club en momentos cuando fallaba la apuesta foránea, sino que en el de convertirse en un referente, un maestro, rasgos que sólo otorga la experiencia y la trayectoria.
Joel Molina, es sin duda, junto a René Serrano y Eduardo Herrera, de lo mejor que ha tenido el equipo en la banda izquierda. Probablemente el 'Alemán' como le decía Tito Garrido, es el ícono del jugador que representa fielmente el anhelo del hincha. Derroche físico, talento, buena pegada y astucia.
Joel se ha convertido en un baluarte, y felizmente actualmente traspasa toda su identificación por el color celeste a los pequeños de la escuela de fútbol del club.
Del 'Tati' Medina sería egoísta destacar sólo su entrega en la cancha, ya que con eso no le bastaría para ganarse el cartel de ídolo. Ciertamente en su palmarés, no sólo está el de revertir decisiones de entrenadores, sino que el de convertirse siempre en un defensor aplicado y que desnivelaba en el juego ofensivo.
Medina sí es el referente del sacrificio y la tenacidad. Siempre supo donde quería llegar y más temprano que tarde, alcanzó el sitial de los más grandes.
Y para el último, y de forma intencional, Mario Mauro Meléndez, aquél fornido zaguero que arribo de Arica y que marcó una época en el fondo celeste.
Sobre él se ha comentado tanto, que su vida particular no fue la de un deportista de elite. Menos mal, porque si se aplica el criterio que a mayor disciplina, mejor rendimiento, lo más probable que su estadía en Rancagua sólo habría sido transitoria.
¿Cuándo no cumplió en la cancha?¿Quién puede hablar de falta de entrega en algún partido? Preguntas sin respuesta y que mejor valoran su campaña.
La Tertulia fue sin duda un momento sublime, una reunión con ídolos. De niñez, de juventud e incluso de adultez. Estos artistas nos complacen hasta hoy por su dedicación para defender a esa camiseta celeste, ésa que no ha levantado copas, pero que a esta altura importa tan poco, cuando las alegrías han superado con largueza a los sinsabores.
Feliz de compartir con todos que llegaron al Viejo Rancagua, un lugar tan místico para la ocasión, oportunidad para cantar con más fuerza nuestro "entonemos deportistas".
WALDO CORREA MARDONES
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